Tu felicidad solo depende de ti.

Tu felicidad no depende de nadie más que de ti mismo. Claro, con esto no quiero decir que las cosas buenas que te pasan o las personas que te rodean no puedan hacerte feliz.

No existe ninguna tienda que venda felicidad y tampoco existe ninguna medicina que pueda darte felicidad. Y como no existe nada de lo que acabo de mencionar, debemos dedicarnos a buscar nuestra felicidad por nuestros propios medios y a buscarla donde sea.

Empecemos por el último lugar donde creemos que podemos encontrar la felicidad, nuestro trabajo. ¿Pero cómo voy a encontrar felicidad en mi trabajo? Me levanto muy temprano todos los días, llego tarde a mi casa, luego tengo mucha tarea, me desvelo, entre tantos otros pretextos. El punto es que nos dedicamos más a quejarnos y a criticar nuestra situación que a disfrutar de lo bueno que tiene el hecho de que tenemos trabajo y que, gracias a ello, podemos comer, vestir, calzar, estudiar e incluso darnos un pequeño gustito de vez en cuando.

Es que no es tan difícil ser feliz cuando sabes apreciar cada pequeño detalle que la vida te da para sonreír. Tú mismo puedes construir la felicidad de tu día desde que comienza hasta que termina. Por ejemplo, si madrugas a trabajar puedes sentarte a meditar un momento antes de entrar a tu trabajo mientras observas el esplendor de un amanecer o el cantar de un ave por la mañana. Eres más feliz cuando eres agradecido y sobre todo cuando sabes apreciar y amar lo que te rodea.

Ser feliz no es una opción, es un deber, y no puedes permitir que las situaciones adversas, las personas tóxicas o cualquier factor negativo, derrumba el sentimiento que has construido. Y esto me recuerda a una frase muy famosa del novelista, poeta y ensayista británico Robert Louis Stevenson, que dice: “No hay deber que descuidemos tanto, como el deber de ser felices”.

Tú y únicamente tú eres el responsable de tu felicidad, pero también eres tú el único que puede permitir que se destruya si no la cuidas.

No permitas que tu felicidad se vea estropeada por todo lo malo que hay en el mundo y sobre todo en las personas porque la malicia es permanente, siempre ha estado y siempre estará pero tu tranquilidad y tu felicidad durarán el tiempo que tú decidas que dure.

Escrito por: Jasmin Caceros

Revisión:

Gerson Jiménez

Sofía López