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El lado bueno de la inconformidad

  • comunicacioninterg
  • 8 nov 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 8 nov 2019

Existe ese lado bueno de estar inconforme, y este es una de las fuerzas motoras para buscar ser mejores.


El término ‘zona de confort’ es ampliamente utilizado en la actualidad, y hace referencia a aquella zona en la cual nos sentimos empoderados, capaces, al control de las cosas; simplemente ‘cómodos’. Lo negativo de estar en la zona de confort se da cuando empezamos a amarla y nuestro principal deseo deja de ser el avanzar y crecer, y en lugar, se convierte en un deseo ferviente de permanecer allí por el mayor tiempo posible.

“Tengo la posibilidad de estudiar, pero ya gano lo suficiente”. ¿Para qué voy a sufrir 5 años o más desvelándome, con preocupación de tareas, etc.? ¿Para qué voy a dar la milla extra en mi trabajo? ¿Para qué voy a ahorrar? ¿Para qué voy a hacer dieta? ¿Para qué voy a intentarlo? ¿Para qué…?

Estas son algunas de las preguntas que generalmente formulamos cuando nos encontramos perfectamente instalados en nuestra zona de confort. De nuevo, no tiene nada de malo llegar a sentirnos cómodos; sin embargo, si hay una oportunidad de crecer, de intentarlo, de avanzar, y de alcanzar algo nuevo y mejor: ¡no desperdiciemos esa oportunidad!

Los seres humanos fuimos creados con grandes capacidades y talentos, y es nuestra responsabilidad sacar lo mejor de ellos. Si ya aprendiste a tocar una triada de do, ahora debes aprender un do séptima o un do once; si ya aprendiste a cocinar una receta, ahora intenta mejorarla; si ya aprendiste a escribir en el teclado de la computadora, ahora trabaja para escribir con mayor exactitud; si ya aprendiste a sobrellevar algunas dificultades de la vida, ahora ayuda a otros que aún no han hallado la forma; y si ya eres bueno, definitivamente puedes ser aún mejor.

“Aquel que camina torcido”, así le llamaban en ocasiones. Ese niño un día levantaba una pala para luego enterrarla con fuerza en la arena fresca a la orilla de un río de aguas negras, y así llenar su costal con la medida que le era posible cargar. Hoy va a la universidad, y día tras día intenta aprender algo nuevo. Por momentos ha permanecido en la zona de confort, pero ha aprendido que los beneficios de moverse de allí ciertamente valen el esfuerzo.



Redacción por Daniel López. Revisión por Julio A. y Dulce L.



 
 
 

2 Comments


Gabriela García
Gabriela García
Nov 23, 2019

Todos en algún momento hemos decidido quedarnos en nuestra burbuja por el miedo al fracaso pero debemos darnos cuentas de nuestras capacidades y fortalezas y salir.

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Jasmin Caceros
Jasmin Caceros
Nov 13, 2019

Excelente reflexión, no es malo sentirse cómodo, lo malo es instalarse en la comodidad abosulta y no perseverar.

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