Se vale cometer errores

Vivimos en un mundo donde la rutina se vuelve parte de nosotros y nos hace pensar que esa misma rutina es el medio para evitar cometer errores. Lo cierto es que el ser humano aprende y falla día a día. Nuestra sociedad nos exige y hace pensar que los números son más importantes. Pensamos que un número puede definir quiénes somos cuando en realidad hay muchas cosas que nos definen como personas, pero entre ellas no está el punteo de un examen, el promedio en la escuela, estadísticas en el trabajo, etc.

Podemos cometer errores, pero eso no significa fracaso. Mertz describe en su artículo llamado “A principled life”, que cometer errores no es fracasar, mientras hagas las cosas con el corazón. Si tú sabes en lo más profundo que hiciste lo mejor que pudiste, no estás fracasando, sino estás aprendiendo. Tus errores no deberían ser más que una enseñanza. Como mi mamá me decía cuando era pequeña: “si te caes, solo sacúdete y vuelve a intentar”.

No recibirás felicitaciones por hacer tu mejor esfuerzo, tal vez ni siquiera por hacer bien tu trabajo, porque es lo que debes hacer, pero definitivamente tú sabrás que diste lo mejor de ti. Puedes engañar a tu jefe, amigos o cualquier persona a tu alrededor <<intentando>> hacer un buen trabajo, pero solo tú sabes de qué eres capaz y esconderte para simular ser perfecto no es una opción o no debería serlo.

El hecho de convencerte a ti mismo y atreverte a ver de lo que eres capaz es una de las felicidades más grandes que puedes vivir; demostrarte a ti mismo que puedes hacer un mejor esfuerzo, que puedes cambiar una rutina, que puedes lograr esos sueños que tú estableciste como imposibles. No digo que como humanos seamos perfectos, pero sí que podemos dar la mejor versión de nosotros mismos en cualquier circunstancia.

Escrito por: Dulce López

Integrantes:

Julio Albizurez

Daniel López

Fernando Santizo