Lo que dices construye o destruye.

Lo llamaron a la oficina principal y ahí lo recibió la Directora General. “Estás despedido”, le dijo sin darle mayor explicación. Salió de la oficina y no entendía por qué lo habían despedido, según él estaba haciendo todo de manera correcta. Del otro lado, uno de los niños que se había quejado, no podía dejar de sentirse un poco culpable, pues gracias a sus quejas, alguien se había quedado sin trabajo. Lo cierto es, que todas y cada una de las palabras que este profesor dijo a los niños, marcaron su vida para siempre. El profesor siempre se refería a ellos con frases groseras, sarcasmos que los niños no entendían y con los cuales se sentían ofendidos. Muchos simplemente escuchaban al grosero profesor hablar y aprendieron a ignorarlo, pero Joaquín no pudo. Joaquín sentía que debía hablarlo con sus papás. Llegó a casa y contó todo a sus papás, y no solo de él, sino también las groserías que el profesor les decía a los demás niños. Los papás, enojados, hablaron con los demás padres en el chat; fue ahí donde se destapó todo. Ellos hablaron con la directora y ella tomó una decisión. Cuento esta historia porque así como le sucedió al profesor, nos pasa a todos. Decimos y hablamos cosas de los demás que creemos “divertidas”, cuando en realidad, estamos hiriéndolos y no nos damos cuenta. Entonces por qué, en lugar de ofender con nuestras palabras, las usamos para alegrar a alguien, y para marcar su vida, pero de manera positiva. Usemos frases como: qué linda te ves hoy, qué lindo tu cabello, qué alegre verte hoy, qué bendición tenerte en mi vida… ¿ven? Hay muchas palabras de bendición que pueden salir de nosotros, y en lugar de marcar la vida de los demás de manera negativa, podemos hacerlos sentir plenos y felices. Imaginen que hubiese sido de esos niños si el profesor en lugar de recibirlos con palabras groseras, les hubiese dicho “qué alegre tenerlos en mi clase, Joaquín eres un campeón”, creo que el profesor hubiese en realidad transformado vidas en lugar de destruirlas. Seamos luz en la vida de los demás, marquemos sus vidas positivamente, tenemos el poder de destruir o de construir, y qué mejor que construyamos a alguien resaltándole todo lo positivo que puede tener.

Isabel Subuyú – Ana Rodríguez – Gabriela García